domingo, 10 de febrero de 2019


MODELOS CURRICULARES
Empezaremos por determinar que es el currículo, para luego definir que es el diseño curricular, modelos curriculares, sus elementos y características.
DEFINICIÓN DE CURRÍCULO
La teoría curricular, es un conjunto de principios teóricos de carácter político, filosófico, psicológico y pedagógico que guían y dan lugar a diferentes proyectos curriculares, esta tuvo un auge a partir de la década de los años 60. Según Walker (1990), citado por Ruíz (1996), el propósito principal de esta teoría es fundamentar la práctica por medio de un cuerpo de ideas coherentes y sistemáticas que permitan dar significado a los fenómenos y problemas, así como guiar en la toma de decisiones de las acciones más apropiadas y justificadas.
El concepto y el uso del término currículo está claramente influido por las diversas corrientes filosóficas, psicológicas y pedagógicas; por los adelantos tecnológicos-especialmente por la incorporación de las tecnologías de la comunicación al proceso enseñanza-aprendizaje, por la constante transformación y evolución de las sociedades, y por su movilidad cultural. De manera consecuente podemos hablar de un currículo basado en enfoques críticos, institucionales y constructivistas, aunque también en el currículo basado en competencias.
El pedagogo británico Lawrence Stenhouse, en su libro Investigación y desarrollo del currículum, define al currículo como: “una tentativa para comunicar los principios y rasgos esenciales de un propósito educativo, de forma tal que permanezca abierto a discusión crítica y pueda ser trasladado efectivamente a la práctica”.  Como se ve, este concepto es un intento de vincular propósitos educativos con la apertura a la crítica y su desarrollo en la práctica. Lo cual podría quedar simplificado en el siguiente esquema:


Un currículo desarrollado en la práctica implica vincular la teoría con la práctica en materia educativa, de esta manera surgen tres conceptos, que a saber son: teoría, práctica y educación, toda vez que estos tres elementos conllevan a transformar una sociedad.

La importancia de contar con un currículo

Diseñar un proyecto curricular significa, además de dejar en claro los principios anteriores, indicar la manera en que se llevará a la práctica. El currículo, aparte de contener las características de un sistema educativo, debe contener la manera de cómo vincularlo con la práctica, de aterrizarlo en las aulas, en los alumnos y es, de nuevo, donde surge la figura del profesor, porque él es el único capaz de vincular la teoría con la práctica.
Los sistemas educativos tienen que estar en constante movimiento, en constante cambio, por eso se ven en la necesidad de construir, reconstruir o dejar abierto el currículo; se necesita para su aplicación la capacitación continua del profesorado, adecuar los centros educativos, elaborar y utilizar diferentes tipos de recursos para el aprendizaje. Articular estos principios, fundamentos y enfoques con el alumno, el centro de trabajo y la sociedad, es lo que se podría llamar la vinculación entre la teoría y la práctica educativa
Para el logro de las metas delineadas por el proceso de desarrollo curricular en el sistema educativo, no sólo basta tomar como factores de praxis educativa las teorías científicas, el diagnóstico de necesidades, la participación de los elementos del currículum, la determinación de una metodología, la adopción de nuevos sistemas, ya que los mismos no son factores suficientes para que se hagan coherentes y positivas, dentro del desarrollo curricular, las acciones y propósitos educativos; para ello se requiere un esquema que los filtre y exprese la pertinencia o no de ellos, y determine aproximadamente los factores aplicables. Hay que tomar en cuenta en la praxis educativa, en los factores del currículum y en las teorías científicas, a los Modelos como esquemas-filtros, porque ellos constituyen un mediador entre sí y funcionan como un recurso técnico para el desarrollo del currículum, dándole una fundamentación al mismo, desechando las técnicas empíricas y personales que se utilizaban anteriormente.
El diseño curricular, como proceso de elaboración de un currículo de estudio debe de estar fundamentado en determinados presupuestos teóricos y metodológicos. Sin embargo, en la actualidad se observa un desfase entre el nivel de elaboración conceptual desarrollado en el campo teórico del currículo y las características de los modelos de diseño curricular propuestos.
El diseño y desarrollo curricular llevan consigo no solamente el conocimiento de un plan de estudios, sino también el conocimiento de un fundamento basado en los fines que persigue, la metodología a emplear en su desarrollo, los recursos para el aprendizaje que se necesitan, las bases psicológicas donde será aplicado y el conocimiento de la cultura y el contexto donde se desarrollará.
Los modelos curriculares son instrumentos que buscan representar gráficamente la realidad de las fases del procero curricular, muchos de estos ayudan a analizar, diseñar, implementar y controlar el proceso. Cada currículum es una forma de representar la forma como se percibe la realidad enseñanza-aprendizaje por medio de las teorías que se han desarrollado a lo largo de la historia.


Definición de Modelo educativo
Un modelo educativo consiste en una recopilación o síntesis de distintas teorías y enfoques pedagógicos, que orientan a los docentes en la elaboración de los programas de estudios y en la sistematización del proceso de enseñanza y aprendizaje.
En otras palabras, un modelo educativo es un patrón conceptual a través del cual se esquematizan las partes y los elementos de un programa de estudios. Estos modelos varían de acuerdo al periodo histórico, ya que su vigencia y utilidad depende del contexto social.
Al conocer un modelo educativo, el docente puede aprender cómo elaborar y operar un plan de estudios, teniendo en cuenta los elementos que serán determinantes en la planeación didáctica. Por eso, se considera que el mayor conocimiento del modelo educativo por parte del maestro generará mejores resultados en el aula.

Le invito a ver el siguiente vídeo que resume en una línea de tiempo algunos modelos pedagógicos




Los principales modelos pedagógicos
Existen numerosas maneras de conceptualizar el aprendizaje, teniendo cada una de ellas diferentes repercusiones en función de qué efectos prácticos tenga dicha concepción. Muchas de las ideas respecto a cómo funciona o cómo debe realizarse el proceso educativo se han elaborado y se han constituido como un modelo pedagógico.
Tener un modelo pedagógico nos permite no solo tener una explicación al respecto, sino también elaborar una serie de pautas que nos lleven a educar y potenciar determinados aspectos en función del tipo de modelo elegido. Existen gran cantidad de modelos pedagógicos, a continuación, se presentan las características y elementos de los modelos:


Modelo Tradicional
Modelo Tradicional: En este modelo se concibe al estudiante como un ser pasivo, es decir, un receptor pasivo del conocimiento y objeto de la acción del maestro. El conocimiento se considera como algo que ya está dado y determinado por un sabedor exclusivo que es la teoría y/o el docente. La escuela tradicional aparece en el siglo XVII en Europa con el surgimiento de la burguesía y como expresión de modernidad. Encuentra su concreción en los siglos XVII y XIX con el surgimiento de la Escuela Pública en Europa y América Latina, con el éxito de las revoluciones republicanas de doctrina político - social del liberalismo. En su forma más clásica, este modelo enfatiza en el papel de la educación para moldear a los sujetos a través de la voluntad, la virtud, la disciplina y la ética (Flórez, 2001).
Las tendencias pedagógicas que lo caracterizan son propias del siglo XIX. Su concepción descansa en el criterio de que la escuela es la institución social encargada de la educación pública masiva y fuente fundamental de la información, la cual tiene la misión de la preparación intelectual y moralmente a los educandos. La pedagogía tradicional ha dominado la mayor parte de instituciones educativas a lo largo de la historia de la humanidad, en donde el maestro cumple la función de transmisor del conocimiento. Es el maestro quien dicta la lección a un estudiante quien recibirá las informaciones y las normas transmitidas, se enseña a respetar a los mayores y el aprendizaje es un acto de autoridad.
La escuela se empieza a estructurarse por contenidos, los cuales deben ser aprendidos por los estudiantes a partir de la repetición.
El contenido curricular es racionalista, académico, apegado a la ciencia y se presenta metafísicamente, sin una lógica interna, en partes aisladas, lo que conlleva a desarrollar un pensamiento empírico, no teórico, de tipo descriptivo. Los textos escolares son fundamentales en este modelo, pues en ellos se encuentra la información que debe aprender el estudiante. El método fundamental es el discurso expositivo del profesor, con procedimientos siempre verbalistas, mientras el aprendizaje se reduce a repetir y memorizar; el proceso docente está muy institucionalizado y formalizado, dirigido a los resultados y estos devienen en objeto de la evaluación (Flórez, 2001).
De esta manera, la evaluación en este modelo debe ser reproductora de los conocimientos, clasificaciones, explicaciones y argumentaciones por parte de los estudiantes, no solo se evalúa lo que aprendió memorísticamente, sino también la comprensión, el análisis y la síntesis de los contenidos. Se realizan test para las evaluaciones objetivas de los aprendizajes de los estudiantes, el centro de la evaluación es el estudiante, no se concibe la evaluación del docente.
En resumen, en este modelo la relación maestro-alumno es vertical, en donde el poder es del maestro, ya que éste posee el saber. La meta del proceso educativo es la formación del carácter con énfasis humanista y religioso, los contenidos son disciplinares y el método transmisionista y por repetición.



Modelo Romántico/Naturalista/Experiencial
Modelos Experiencial o Activista: En este modelo, el eje del desarrollo es lo que procede del interior del niño. El estudiante es el centro del proceso educativo, en donde, la interacción con el conocimiento y la experiencia son la fuente primaria para la activación de esquemas mentales y la construcción de conocimiento. Este modelo, rescata al estudiante en su rol de conductor activo de sus propios aprendizajes, y a la realidad, como el punto de partida y objetivo del aprendizaje.
El propósito de la labor educativa es preparar a los estudiantes para la vida, adaptar a los niños al medio social adulto. Este modelo se basa en los intereses de los estudiantes e igualmente de lo que pueden aprender, se lleva un trabajo individual, el estudiante aprende a partir de la manipulación, la experimentación, la invención y el descubrimiento.
Este modelo sitúa al docente en un rol marginal de facilitar, auxiliar o animador responsable de preparar materiales concretos, para que los estudiantes obtengan la experiencia. Este modelo pedagógico se observa especialmente en la Escuela Nueva, la cual se caracteriza por la humanización de la enseñanza, al reconocer en el niño sus derechos, capacidades e intereses propios.

Los principales pedagogos son: Rousseau, Illich, Neil, Comenius, Pestalozzi, Claparéde, Ferrer Guardia, Decroly, Montessori y Agustín Nieto Caballero.
Esta escuela rompe con el paradigma tradicional que explicaba el aprendizaje como el proceso de impresiones que desde el exterior se incrustan en los estudiantes, esta escuela defiende la acción como condición y garantía del aprendizaje. Los programas y los métodos aparecen de los intereses de los estudiantes, cuyos contenidos son la naturaleza y la vida, organizados de lo simple y concreto a lo complejo y abstracto. 

En cuanto al método, este consiste en la manipulación y el aprender haciendo, ya que el aprendizaje depende la experiencia, no hay diferenciación entre el conocimiento científico y el cotidiano, la acción se generaliza a todas las edades, los recursos permiten la manipulación y la experimentación de tal manera que se invoquen los sentidos y se garantice el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades individuales. La finalidad de este modelo es preparar para la vida, permitiéndole al individuo pensar y actuar a su manera; en cuanto al eje central del proceso, es el estudiante y sus intereses, hay autoconstrucción del conocimiento, auto educación y auto gobernabilidad, este modelo carece de una concepción científica de enseñanza (ABC del Educador, 2002).
La escuela es el espacio para aprender haciendo. En resumen, en este modelo la relación maestro-estudiante se establece pensando en el estudiante como centro del proceso educativo y el maestro como un auxiliar de ese proceso. La meta del proceso educativo es la máxima autenticidad, espontaneidad y libertad individual de los estudiantes, por tanto, no hay contenidos programados, solo los que solicite el estudiante. El método consiste en suprimir obstáculos e interferencias que inhiben la libre expresión (Flórez, 2001).

Modelo Conductista:
Los estudios de Skinner y Pavlov sobre los aprendizajes son las bases fundamentales del modelo conductista. Este modelo busca generar los medios para llegar al comportamiento esperado y verificar su obtención, el problema es que nada garantiza que el comportamiento externo se corresponda con el mental (Flórez, 2001).
Los conductistas también conservan la importancia de transmitir el contenido científico-técnico a los estudiantes como lo plantea el modelo tradicional, pero enfatizan en las formas de adquisición de los aprendizajes y estos se evidencian en la observación de sus conductas. El maestro será el intermediario, dará la instrucción para que el estudiante realice ciertos comportamientos, la meta es el moldeamiento y modelamiento de la conducta técnico-productiva en ellos.

En el conductismo hay un control del aprendizaje con unos objetivos instruccionales y su desarrollo se enfoca en la acumulación de aprendizajes específicos.

El enfoque conductista de enseñanza aprendizaje, a través del mecanismo de estímulo-respuesta-reforzamiento, se aplicó con cierto éxito a animales inferiores bajo el control del laboratorio. A partir de estos éxitos, se trató también de aplicar este mecanismo a los seres humanos, extendiéndose al campo total de su experiencia pues, sostienen los conductistas, que se han hecho ya suficientes experimentos en el laboratorio como para concluir que tanto los animales como el ser humano comportan los mismos procesos básicos, de igual manera, que en ambos se encuentra un sistema nervioso equivalente. La educación en este modelo equivale a instrucción y aprendizaje de ciertos conocimientos y conductas previamente seleccionados y organizados. 

La educación se orienta, sobre todo, a alcanzar mayor rentabilidad y eficacia en el trabajo pedagógico. Mager citado por Flórez (2001) plantea un procedimiento sencillo para garantizar la precisión en lo que se quiere obtener del proceso educativo:

1.     Descripción de la conducta que se quiere adquiera el estudiante,
2.    Definición de las condiciones de tiempo, espacio, restricciones, etc., bajos las cuales la conducta ocurrirá y se observará,
3.    Evaluación y verificación del criterio de desempeño aceptable. Para que ocurran los aprendizajes esperados, se establecen los refuerzos, ya que éstos los afianzan, los aseguran y los garantizan.

El refuerzo es el retroalimentador del aprendizaje, pues cuando el estudiante realiza la conducta esperada se premia para reforzarla (Buena nota), y si no la hace, se castiga para que la realice (Mala Nota).

Según la concepción conductista, el hombre puede controlar su propio destino, porque conoce lo que debe hacer y cómo hacerlo. Parece, sin embargo, que esta concepción es demasiado simplista de cara a la realidad, ya que los comportamientos no dependen totalmente de la voluntad del individuo, pues a la hora de la acción se siente bloqueado por barreras de distintos tipos: social, cultural, económico, político, familiar, etc. Por último, en este modelo el maestro puede estar presente o no, pues la instrucción se puede realizar por el maestro, por una guía, por un programa de computador, entre otras formas.
Aunque este modelo ha sido muy criticado, las prácticas educativas lo siguen empleando teniendo presente los siguientes principios del conductismo: aprender haciendo, practicar o repetir conductas para el desarrollo de habilidades, reforzar conductas, transferir conocimientos a otros contextos, interrelacionar aprendizajes, planificar la enseñanza e incentivar la enseñanza individualizada (Flórez, 2001).
En resumen, en este modelo la relación maestro estudiante se establece desde la programación o planeación de la enseñanza, el maestro es el intermediario y ejecutor de un proceso instruccional. La meta del proceso educativo es el moldeamiento de la conducta técnico productiva en los estudiantes, los contenidos se centran en conocimientos técnicos como códigos, destrezas y competencias observables, y el método es por fijación, reforzamiento y control de aprendizajes (Flórez, 2001).


Modelo cognoscitivista/Desarrollista
Modelo Social-Cognitivo: Este modelo combina el trabajo productivo y la educación como una interacción que permite a los estudiantes el desarrollo del espíritu colectivo, el conocimiento científico-técnico y el fundamento de las prácticas sociales. Sus representantes son Makarenko, Freinet, Freire y algunos seguidores de Vigotsky (Flórez, 2001).

Por ejemplo, Antón Semionovich Makarenko se centra en la colectividad y el trabajo como propuesta pedagógica, el argumentaba que la formación del carácter se daba gracias a la participación del sujeto en una colectividad organizada, disciplinada, forjada y orgullosa. El docente organiza el medio social, crea y organiza la colectividad, ya que ésta es la que educa al individuo. Makarenko se le reconoce por que fomento la autogestión en las instituciones que dirigió y el trabajo productivo como forma de autonomía institucional. Su pedagogía se basó en el esfuerzo, la voluntad y el bienestar colectivo (Trilla y otros, 2007).

Célestin Freinet por su parte, plantea la necesidad de que la escuela cuente con un buen material didáctico para que promueva la actividad y el interés de los estudiantes, en especial, en la escuela rural. Siempre promulgó una escuela para los hijos pobres del pueblo y articuló la escuela con la comunidad. Entre sus pensamientos se tiene: el niño es de la misma naturaleza que el adulto; ser mayor que el estudiante no significa estar por encima de ellos; el comportamiento del niño depende de su estado fisiológico, orgánico y constitucional; a nadie le gustan que lo manden autoritariamente; todos queremos tener éxito; el texto único es un error; el trabajo es natural en el niño; se aprende en la experiencia; la escuela se convierte en una cooperativa escolar; entre otros premisas (Trilla y otros, 2007)

Paulo Freire quién es el representante de la pedagogía crítica, la educación liberadora y la educación popular, se retoma en este modelo ya que su postura incluye el trabajo con la comunidad, su liberación y el empoderamiento. Con sus libros pedagogía del oprimido y pedagogía de la liberación empieza a marcar una tendencia en América Latina como una pedagogía crítica y de la esperanza. Criticó a la educación de su tiempo puesto que consideraba que se debía depositar conocimiento en la cabeza de los sujetos y domesticar conciencias, por tanto, era necesario desarrollar la conciencia crítica para que los sujetos no se dejen dominar y alinear, y se puedan liberar de las cadenas que les ponen los diferentes poderes que existen en la sociedad (Cendales, 2000).

Su pedagogía plantea que el diálogo en la educación debe establecer una relación horizontal entre las partes basada en el amor, la humildad, la esperanza, la confianza y la fe, reconociendo los diferentes saberes. En el diálogo se va desarrollando la conciencia crítica, la idea es que los sujetos se tornen más conscientes y deseosos de cambiar su mundo social, cultural y político. En la dialéctica se da en tres aspectos: realidad, teoría y praxis. Su trabajo no solo se centró en la escuela, sino en los extramuros, pues el cambio que incentivó es sociopolítico de modo general. Su metodología más conocida fue la alfabetización de adultos, que no consistía solo en aprender a leer y a escribir, sino en procesos de reflexión crítica sobre la realidad social (Cendales, 2000).
Freire planteó las siguientes relaciones dicotómicas en la educación y la sociedad: educación y política, ya que “todo acto educativo tiene una dimensión política”; teoría y práctica, puesto que “la teoría sin prácticas es palabrería y la práctica sin teoría es activismo loco”; opresores y oprimidos, “se es opresor o se es oprimido o comparsa de uno de los dos bandos”; transformación y adaptación, ya que planteaba que se hace una práctica transformadora-revolucionaria o una práctica reaccionaria-adaptativa; educación vertical y educación horizontal, en la primera, el acto educativo es de arriba (maestro) hacia abajo (estudiante) y caracterizado por la transferencia de conocimiento conocido como educación bancaria, y la segunda, en donde se presenta una educación dialógica que facilita el aprendizaje y la conciencia crítica al conversar sobre problemáticas de la realidad (Trilla y otros, 2007, pp. 331-333).

En la pedagogía crítica se potencia e incentiva la participación de directivos, docentes, administrativos, padres de familia, estudiantes y comunidad anexa a la escuela. Las acciones y reflexiones pedagógicas apuntan a generar transformaciones sociales, políticas y culturales. La acción pedagógica se orienta a que los actores involucrados sean sujetos críticos, la actividad del docente se orienta a acompañar y orientar procesos que desarrollen el pensamiento crítico y se valoren todos los saberes. Se posibilita el respecto a los diferentes conocimientos y saberes, generando espacios de encuentro intercultural y diálogo de los múltiples saberes. Es así, que el modelo social-cognitivo a partir de sus pedagogos representativos, plantea que los escenarios sociales permiten la generación del trabajo colaborativo y la solución de problemas colectivos. De esta manera, se estimula la crítica mutua, la seguridad de sí mismo y el apoyo mutuo.

En la pedagogía social o social-cognitiva se privilegia lo siguientes aspectos:
  •  Los temas o problemáticas para trabajar son tomadas de la realidad concreta, no son ficticios.
  • Los temas y situaciones problemáticas se estudian y trabajan de manera integral con la misma comunidad.
  • Se realizan procesos de reflexión mutua sobre las ideologías, presupuestos, concepciones y prácticas que tienen los integrantes de la comunidad, se discuten respetando al otro y sin posiciones de autoridad, permitiendo el diálogo de saberes, la argumentación y la persuasión. 


Desde esta postura, el conocimiento y el aprendizaje es una construcción social y gracias a las interacciones sociales el individuo puede exponer sus puntos de vista, contrastarlos con los de los demás y modificarlos. En este sentido, es importante la evaluación, la coevaluación y la autoevaluación. El estudiante o aprendiz identifica lo que conoce, lo que observa y lo que dicen los demás, valora si le interesa o no y decide si lo incorpora dentro de sus aprendizajes.

En resumen, en este modelo la relación maestro-estudiante se establece de forma horizontal. La meta del proceso educativo es el desarrollo pleno del individuo para la producción social (material y cultural). Los contenidos de aprendizaje son polifacéticos y politécnicos. El método es variado según las necesidades, se enfatiza en el trabajo colaborativo y productivo. (Flórez, 2001).

Modelo Constructivista
Modelos cognitivos o constructivistas: En este modelo surgen diferentes tendencias o corrientes, las primeras conciben que la meta del proceso educativo consiste en que los individuos accedan, progresiva y secuencialmente a la etapa superior de desarrollo intelectual. Para esto el maestro debe crear un ambiente estimulante para lograr que el niño o la niña logre la estructura cognitiva superior, no importa el contenido, este es secundario, lo que importa es el desarrollo cognitivo del sujeto (Flórez, 2001).
El modelo cognitivo o constructivista concibe la enseñanza como una actividad crítica y al docente como un profesional autónomo que investiga reflexionando sobre su propia práctica, en este modelo. Se percibe al error del estudiante como un indicador y analizador de los procesos intelectuales, pues para el constructivismo aprender es arriesgarse a errar (ir de un lado al otro), muchos de los errores cometidos en situaciones didácticas deben considerarse como momentos creativos. Para este modelo, la enseñanza es la organización de métodos de apoyo que permitan a los estudiantes construir su propio saber, se aprende construyendo la propia estructura cognitiva, el conocimiento se autoconstruye.
Tres autores representativos de esta corriente son: Dewey, Piaget y Kolhberg. Para estos autores la experiencia del vivir es fundamental, ya que contribuye al desarrollo de los sujetos y en la adquisición de los estados intelectuales superiores que incluyen el pensamiento, el lenguaje y lo ético-moral (Flórez, 2001). Una segunda corriente del constructivismo, enfatiza en los contenidos del proceso de enseñanza aprendizaje, en especial, de los contenidos científicos.

En esta perspectiva, se encuentra Brunner, quien planteaba que cualquier contenido puede ser comprendido por el estudiante si se enseña en un lenguaje sencillo. Igualmente argumentaba que, para facilitar la comprensión de los contenidos, se podría realizar un aprendizaje por descubrimiento, es decir, que los estudiantes busquen la información y al analizar la información producen sus propios conocimientos. Por otro lado, se encuentra otro autor representativo, Ausubel, quien plantea que el aprendizaje de contenidos se realiza no por descubrimiento, sino por el sentido y el significado que los estudiantes le confieren, es lo que se conoce como aprendizaje significativo. Este autor, como los otros del constructivismo, reconocen que los estudiantes tienen saberes previos, y que desde ahí significaran los nuevos contenidos que se les están enseñando (Flórez, 2001).

Una tercera corriente se centra en las habilidades cognitivas, las cuales se consideran más importantes que los aprendizajes de contenidos. En esta corriente se encuentran Hilda Taba y De Bono, la primera plantea la importancia del pensamiento inductivo en los estudiantes, y el segundo, el pensamiento lateral y creativo (Flórez, 2001).

Sin embargo, hoy en día, esa discusión sobre si lo más importante es el contenido o el desarrollo de habilidades del pensamiento en los estudiantes se ha ido superando, pues los dos son interdependientes, y las habilidades no se dan si no hay contenidos que aprender y no se aprende el contenido sino hay habilidades del pensamiento. Una cuarta corriente se conoce como la pedagogía conceptual, en especial, la desarrollada por Miguel y Julián de Zubiria (ABC del Educador, 2002).

En esta pedagogía se tiene como propósito de la educación, la formación de individuos plenos en sus tres dimensiones: afectiva, cognitiva y expresiva. El currículo es diseñado en forma de hexágono, donde se trabaja las dimensiones teniendo en cuenta los propósitos, los contenidos, la secuenciación, los métodos, los recursos y la evaluación.

El proceso de aprendizaje busca el desarrollo del pensamiento y de las estructuras o habilidades para su complejización, y estos se realizan a través del desarrollo de instrumentos (proceso nocional, pre conceptual, conceptual y propositivo) que permiten a su vez las operaciones mentales y con ellas los mentefactos (ABC del Educador, 2002).

Otra corriente se ha denominado enseñanza problémica, en esta se busca que el proceso de enseñanza-aprendizaje se dé a partir de los interrogantes de la vida, es decir, surgen de las preocupaciones o intereses de los estudiantes y desde allí se realizan las unidades de trabajo académico para el estudio y la investigación. Esta corriente busca la transformación de la práctica social y cultural de la educación. No tiene planes programados, ni objetivos establecidos a priori, ni evaluación punitiva, se respeta la capacidad de cada sujeto para conducir su propio proceso de aprendizaje y realización individual y social (ABC del Educador, 2002).

Por último, se encuentra una corriente social en los modelos cognitivos o constructivistas. En esta se destaca la concepción de un sujeto histórico y cultural, el aprendizaje proviene de la cultura del sujeto, y resulta consecuente también el hecho que los docentes posibilitan los ambientes y los procesos de desarrollo como mediación cultural. La institución es un lugar para reconocer las identidades, el presente y la evolución de sujeto y su comunidad, y así mismo, los contenidos definidos tienen una fuerte carga en lo social y en las interacciones con el otro a través de mediaciones del lenguaje (Flórez, 2001).

Uno de sus representantes es Vygotsky. Se trata entonces de comprender que el aprendizaje, en consonancia con lo propuesto, es un hecho mediado, no necesariamente entre sujetos, pero en definitiva producto de mediaciones que involucran al sujeto que aprende y lo relacionan con los contextos y conocimientos construidos con que cuenta.

No es posible comprender entonces, un proceso de aprendizaje de corte constructivista que se consolide únicamente en las acciones del sujeto mismo. La interacción entre el sujeto, el contexto y la cultura es una constante que sirve como fundamento para la construcción de procesos de aprendizaje. Sobre esta idea, parafraseando a Carretero (2009) el conocimiento no se consolida como una copia tomada de la realidad, sino más bien como una construcción humana que solo puede construirse con los elementos que cada uno tenga para ello, es decir, con aquellos que se han ido construyendo en la interacción con el contexto circundante.

En resumen, y a pesar de las diferentes corrientes que pueda tener el modelo cognitivo o constructivista, se encuentra aspectos en común que los unen:
1. La mente del estudiante no está en blanco, ya tiene conocimientos previos que contribuyen en la significación del mundo,
2. Se centran en las estructuras, esquemas y operaciones mentales de los sujetos,
3. Para que los aprendizajes se logren es necesario darles un sentido y un significado a los contenidos y experiencias vivenciales,
4. El aprendizaje es el resultado de un proceso de construcción personal – colectiva.
En este modelo la relación maestro-estudiante se establece pensando en el estudiante como centro del proceso educativo y el maestro como un facilitador o estimulador de experiencias. La meta del proceso educativo es el acceso a un nivel superior de desarrollo cognitivo-intelectual de los estudiantes, por tanto, los estudiantes construyen sus propios contenidos de aprendizaje. 

El método consiste en creación de ambientes y experiencias, y en la posibilidad de que el estudiante investigue (Flórez, 2001). Para cerrar el constructivismo, Díaz- Barriga (2005) plantea que “el constructivismo enfatiza la existencia de procesos activos en la construcción del conocimiento, los cuales permiten explicar la génesis del comportamiento y el aprendizaje” en los sujetos.







Referencias

Cabrera, T. S. (2004). Modelos Currículares. Obtenido de Modelos Currículares: https://mimateriaenlinea.unid.edu.mx/dts_cursos_mdl/pos/ED/CU/AM/09/Modelos_curriculares.pdf
Hurtado, M. P. (Octubre de 2011). Modelos Pedagógicos y Reflexiones para la pedagogía del Sur. Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6066089
Julián, P. P. (2008). Definición de modelo educativo. Obtenido de https://definicion.de/modelo-educativo

Cabrera, T. S. (2004). Modelos Currículares. Obtenido de Modelos Currículares: https://mimateriaenlinea.unid.edu.mx/dts_cursos_mdl/pos/ED/CU/AM/09/Modelos_curriculares.pdf
Hurtado, M. P. (Octubre de 2011). Modelos Pedagógicos y Reflexiones para la pedagogía del Sur. Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6066089
Julián, P. P. (2008). Definición de modelo educativo. Obtenido de https://definicion.de/modelo-educativo